Respuesta en la Frecuencia de audio
En audio, para que sea un equipo de calidad debe cubrir al menos el margen de las audiofrecuencias (20-20.000 Hz).
Por el mismo motivo, cuanto mayor sea la respuesta en frecuencia de un equipo, más calidad tendrá el sonido final. Así, a los nuevos formatos de audio digital que sobrepasan sobradamente este margen (SACD, 20-100 KHz y DVD-Audio, 20-80 kHz) se los cataloga como formatos HI-FI (High Fidelity) “Alta Fidelidad”.
La respuesta en frecuencia de cualquier sistema debería ser plana, lo que significa que el sistema trata igual a todo el sonido entrante, con lo que nos lo devuelve igual.
No obstante, en la práctica, la respuesta en graves y agudos, normalmente no es la misma. Hecho que se nota más en unos equipos que en otros. (En los altavoces, por ejemplo, esta diferencia entre la respuesta a graves o agudos es muy acusada, pudiendo estar por encima de los 10 dB de más o de menos, entre una y otra).
Un equipo con una respuesta inapropiada afectará al sonido final:
Si un equipo enfatiza los agudos, el sonido resultante será “vibrante y chillón”, mientras que si, por el contrario, pierde agudos, todo lo que reproduzca tendrá un “matiz oscuro”.
Si un equipo enfatiza los graves, el sonido resultante resulta “atronador”, mientras que si, por el contrario, pierde graves, todo lo que reproduzca tendrá un “matiz metálico”.
Si se acentúan las frecuencias medias se produce un sonido “nasal”.
En la mayoría de equipos, en las especificaciones técnicas, además de indicar cuál es la respuesta en frecuencia típica, se indica también la variación en dB entre una y otra.
Para ello, lo habitual es eligir -como nivel de referencia para indicar la respuesta en frecuencia- 1 kHz y a esta frecuencia se le da el valor de 0 dB. Luego, los fabricantes analizan todo el margen de frecuencias y establecen la diferencia en dBs entre la frecuencia más baja y la más alta.
Con esto, en las especificaciones técnicas nos dicen, por ejemplo, tal lector de CD tiene una respuesta en frecuencia de 20-20 kHz (+/-5 dB).
Salvo en los transductores (micrófonos, altavoces, etc), este margen, para asegurarnos “calidad”, debe ser:
Inferior a +/- 1 dB, si hablamos de formatos digitales.
Inferior a +/- 3 dB si son equipos analógicos.
Como mucho +/- 6 dB, si son micros o altavoces. En la práctica, los muchos transductores: altavoces y micrófonos (salvo los más “profesionales”) llegan a una variación de +/- 10.
Una mala respuesta en frecuencia no es lo peor que puede suceder, lo peor, es una respuesta desigual. Es decir, como a ciertas frecuencias sube, en otras baja, por lo que el sonido resultante sale distorsionado.