Con la ayuda de su padre, Louise Keegan realizó diferentes mediciones
La revista científica Paediatrics & Child Health ha publicado un artículo que demuestra el riesgo que suponen para la salud auditiva de los más pequeños algunos modelos de secadores de manos que hay en Estados Unidos. Lo curioso es que el artículo lo firma Nora Louise Keegan, una niña de 13 años que empezó a investigar el excesivo ruido que emitían estos dispositivos.
Con la ayuda de su padre, Louise Keegan realizó diferentes mediciones, obteniendo en algunos casos registros superiores a los 121 decibelios (dB), cuando la OMS considera que el umbral del dolor se sitúa en los 120.
Fuente: Computer Hoy